Surge de él un profundo trabajo de introspección, de cuestionamiento de creencias, revisión de hábitos, un desarrollo de la persona y un entendimiento de cómo funcionan sus emociones.
Con todo ello, se pueden romper los patrones que nos llevan siempre a tener los mismos resultados indeseados o a no lograr lo que queremos, desbloqueando a la persona y permitiendo que pueda vivir su vida de manera más coherente, tranquila y feliz.
El coach profesional trabajará la regulación emocional a través del entrenamiento y el acompañamiento adecuado y guiará al cliente del punto A (estado actual) al B (estado deseado).
El cliente
entrena sus capacidades de comunicación interna y externa, profundiza en su conocimiento personal, aumenta su rendimiento y fortalece las habilidades necesarias para el objetivo que se haya planteado.
A través de este proceso se puede conseguir que la persona se sienta dueña de sí misma, seguridad en su toma de decisiones, trabajar su autoestima, soltar exigencias y mejorar sus relaciones.
Una vez escuché: "en coaching te revisas, a ver si la vida que estás llevando, es la que quieres realmente"